2.Wache.agua comprimd.


Las líneas de las manos no son iguales a las líneas de los pies. Contener. Es tanto el aire que me invade a veces entrecortado. Cortar el pecho con una faja. Cortar las tetas. Fajar. Te fajo. Conozco muchas tetas que merecen ser celebradas. Contar. Contar acerca de vos, seguro. La maya apretaba negra como el agua de abajo. Me miraba desde el agua. Pienso que resulta estúpido competir con los reflejos. Espejos, creo que quise decir. Te miro. Veo cómo tiembla tu labio frágil. ¿Notaste cómo las líneas de las manos no coinciden con las líneas de los pies? El mundo podría colapsarse todo hacia vos. Fajar. A los patos nos les gustan las mujeres con testículos. Creo que voy a llorar. Las piernas no son las mejores amigas del hombre. Las piernas son las piernas. La mayoría de los hombres no saben de la ausencia. No deberían hacerlo. Herida. Tengo fajado el pecho. El exceso de pecho. ¿Los excesos son castigos de los dioses? Los dioses son un exceso de castigo. No debería preguntarme tanto. Tengo miedo del cuervo que mira. Hay una herida que pulsa debajo de la faja. La sangre es invisible a los ojos. Si tus labios no fueran tan hermosos. Realmente no sé qué creo de los imanes. De vez en cuando resulta necesario que todo se caiga y no saber una mierda de nada. Y caminar sin sostener los puntos cardinales, ni la diferencia entre el arriba y el abajo. Y no tener que ostentarte desde mis huevos la diferencia entre el arriba y el abajo. Tocarme, y no parar de tocarme el bulto. Alto bulto. Me gusta la gente que se toca el bulto con libertad. Es hermoso. Horrible órgano de la separación dual. Tener un pene. Obelisco. Tetazo. Escuché decir que muchas tetas en el obelisco sonaba a turca masiva. El cuervo negro me mira excitado. Tengo un bulto. Quiero cojerme a todas. Puedo cojerme a todos con el pecho fajado. El sapo de tu cuello excita las líneas de mis pies. De nada. Es hermoso cómo sonreís. Temo sentir. Vos tan suelta, tan frágil, tan abierta de luz a los ojos. Soy torpe. Camino por el muelle. Sé que tengo algo importante que decir. Te deslizas al lado. Tenía algo importante para decirte. Se me va. Me agarro de la baranda del momento. Ese cuando caes al agua, profunda verde de algas, te revolviste toda entre caer, flotar, nadar, no haces pie -es claramente inútil que lo intentes- y por fin tu cuerpo recibe de golpe toda esa inmensa bocanada de aire directo al pecho . Temo sentir amar así. Podría quizás no aguantar el impacto de todo ese aire desbocado. Aguantar. Aguanta. Siéntese derecho. El cuervo mira. Tomar ese aire que se huracana en la boca, todo un conjunto de movimientos todos jodidamente involuntarios, todos primos de la muerte, como el aliento primero de caer en este mundo. Pecho comprimido. El aire comprimido se usa para matar. Sospecho al amor como despertar doloroso de un sueño agitado, profundo. Temer Amar Partir como cuando se te viene encima todo el océano y orgasmo huracanado impacta en el centro. Quizás mi mueca ya se esté desdibujando. A veces temo irme tanto en tus ojos que pueda deshacerme. No debería reírme tanto. No hacer nada de pie. Tremendo como sostener de una vez todo junto el hecho de que no nos sentimos solamente a nosotros presentes cuando nos amamos así. Recuerdo la primera vez que disparé. El caño estaba frío. En medio del campo, sola. No. Una mirada siempre atenta. Y un Pájaro negro. No fallar, no errar, no temblar, no torcer las muñecas. No respirar demasiado profundo. Sé que esa mirada sabe que la miro mirarme. ¿Y vos te dejas mirar? Me preguntaste. Sentí el amor como donación desbocada de las caricias de tantos cuerpos. Ternura. Ternura infinita, inagotable, calor del sol amante constante, que se quema en deseos de abrazar todo lo que vive. Su mueca se deshace en agua de luz. Abrir o no unas compuertas de represa desde el pecho. Pecho fajado. La baranda. No respirar demasiado profundo. No errar. No morir. Primero matar. Algún día, del impacto, el cuervo va a dejarme sola.

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