limpieza

hay tres moscas que entraron a la casa
el pulso con que llega cada palabra
es exceso de material energético para el compost
que vengo haciendo cuerpo


escucho invisible mandato
presto ojo a la sal
de lo involuntario
despejo espacio
por entre los huecos de mi casa
limpiando la cocina
planeando una constelación

recibiendo presencias -siempre me sorprende alguna memoria de visita mientras estoy presente en alguna acción sencilla- casi nunca me emprendo en acciones sencillas. a veces me generan una dificultad abismal. no decido si es un pulso o es un tono. pero me cuesta subirme.  
me corto el dedo con cartón, por ejemplo.


sangro


cada tanto tocan timbre y piden si no tenemos ropa o algo para dar.


urgen algunas cosas. acciones sencillas.


mientras tanto mi padre se muda.
todo cicla. hay cosas que no se llevan así como de una etapa para la otra. hay cosas que se tiran recién después de mucho tiempo. o no.


hacer espacio tirando cosas
y que el polvo se te vaya colgando
de los hombros
de la columna -los impostergables, vio?
barrer
tirar
volver a mirar


sacudirse. abrir las compuertas de los establos para que pase un río con desengrasante y desprenda el resto de los restos. la mierda que se queda pegada. como en las arterias.
más limpia grasa, jabón, más agua, y todo este fresco levantando. hay cosas que se limpian después de mucho tiempo. me subo. o no. me paso.


y me corto. atender la herida. no sé si es algo del pulso, del tono, de la frecuencia, o alguna de las visitas que se ha excedido derramándose cosas de otros tiempos por toda la cocina, pero me dejo olvidada en algún lugar de lo involuntario. este estar en tantos lados.


me siento. el mate al lado. un gato a mi izquierda, otra al frente.

ambos cierran los ojos.

y dormís todavía.
en la casa, multitudes.

eso incomodo de lo que no se
decide:
es que todes aquí dentro
a lo extenso del tiempo
quieren también llamarse
a lo posible


sigo volviendo a cosas que una vez escribí


me hago tronar la columna de vez en cuando


y suelto algunas comas


a vos también te gustaban las oraciones cortas.


que escriba acerca de por qué dejar la docencia?
la extrañeza a la que me invita habitarme esa propuesta...


escribiré unos renglones contundentes y dejaré espacio entre ello. como el agua que circula entre los pedazos de aserrín, generando un diseño tan fresco como el moco que al fin estoy sacando, a puro desengrasante por toda la cocina:


me encontré con una psicóloga social que trabajaba como personal de limpieza de un colegio. siempre nos cruzábamos mientras ella tomaba un descanso furtivo y yo llegaba deliberadamente antes para poder llegar sintiendo tener más tiempo.
-me cansé -me dijo-
hablamos alrededor de eso
hablábamos sincerandonos, a té y galletitas.
ocupando un espacio al que se nos confinaba
y negaba
a la una y a la otra

-yo no tengo más nada que sostener. lo único que creo que vale la pena hacer mientras siga acá es estar presente, sincera, conectar, mientras estemos acá. todo es puro artificio, qué se yo, una impresión para el día.


-una después sueña con lo que queda del día. es importante.


lo heróico y precario de mantener ahí abierta la mirada
respirando con eso sobre la mesa,
entre mi té y el suyo,
mientras el reloj en la pared
galopaba un pulso
con una memoria
que algo susurraba.


estoy segura.
qué se yo,
puro artificio.


me encontré una hoja de apuntes que tomé de una clase de formación cristiana. sería la seguidilla de catequesis en la primaria.

en la parte de arriba lee: cuarto mandamiento: honrarás a tu madre y a tu padre. me dicen -anoto- que los tres primeros son referidos a dios, el 4to está en el medio -que porqué será?-, que los demás, hacia lo social, lo colectivo.
las preguntas eran referidas a cómo los consideraba como padres, y qué haría distinto yo. pregunta 1 -éstas también eran para dios?- 2, 3: qué harías vos?


5to mandamiento: no matarás al inocente. -textual-
abajo: aborto. razones a favor. razones en contra. 1. analiza las a favor. 2. cómo solucionarías el problema en la argentina. 3. qué argumentarías en contra de tres de los argumentos a favor.

desde que se arrogaron el derecho de establecer un principio, vienen embrujando el sueño colectivo con sabiduría de las memorias que han robado a los místicos. puro artificio.

quien se abre a sentir eso, ya no tiene más nada que sostener. olvidarlo de a ratos es sólo justo para seguir viviendo.

el leteo.

el río del olvido del que hablaba Platón (Salúd, querido Leopoldo, buenas tardes también a usted estimado poeta). también nos dijeron que sólo divulgaba hacia afuera de la academia conocimientos que eran distintos de los que circulaban hacia adentro. los iniciados. el recelo. el problema ético de colaborar con armas químicas.

comer del árbol del exilio.


sí. la tarea de producción, lo que yo debía crear en esa tarea de formación cristiana, entonces, como alumna, eran argumentos, en función de otros argumentos.

aprendés la lógica, es fácil. 1, 2, 3. todos absolutos. nada particular. nada que incomode los cuerpos. uno verdadero, el opuesto irremediable y un punto de producción de argumentos, -síntesis desmemoriada- un lugar de experiencia asignado, poniéndome del lado al que me confinaban. como para no crecer en un relativismo desangrado e ignorante.

producí argumentos en contra, como si. como si nada de esto estuviese vivo, entramado, como si no doliera, como si no matara.

puro artificio.

me enojé hondo con un profesor que sólo al despedirme me entregó el secreto de la incertidumbre. me había estimulado la curiosidad hacia caminos estériles durante años y sólo cuando soltó su certeza me regaló esta pista: hacia lo hondo de la materia la relación entre lo que vemos y todo lo que lo manipula el instrumento con que se mire es de activa configuración. la materia es energía. y no responde a las leyes de un mundo newtoneano. ni al tiempo de un mundo que cuenta su principio desde el nacimiento de su victima ejemplar.


producí argumentos. sintiendo que estás vinculándote con quien manda y sana. con quien confina y niega. un té, dos empleadas, al borde del tiempo que obliga nuestra sustancia, que fuerza nuestra presencia y energía. a lo mismo siempre. por no ser dueñas de nuestro espacio. de nuestro estar.   

un dios patrón del tiempo, de las afectaciones. reproduciéndose agazapado en instituciones que agonizan.


que se abran las ventanas de la casa
que corra el río siempre otro
que lave
limpie
hasta dejarme respirando por los ojos
por la piel
por las certezas.


quiero vincularme con los míos, limpiando las creencias, las imágenes, las sensaciones, las memorias de los huesos...


hacerse tiempo, hacerse espacio.


fuente inagotable.

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