Tocar los hilos invisibles

Tocar los hilos invisibles
Con la convicción en los huesos
De lo insondable y hermético
De las fuerzas que se mueven
“Sólo sé que no sé…”
Y aún así asistir el rasgarse del firmamento
Cuidando el espacio de lo sagrado.
Saber en la boca el costo
De cada movimiento
Sostener en el cuerpo las sombras
Y reír

Tomar parte en la danza de Otro
Asomar a la constelación única de su cuerpo
De sus soles, de su Ser
Ver.
Y hospedar
El tropiezo,
El conocer deshacerse en tantas máscaras
El destello de las puntas de fuerza para ser
Enseñarse desde el centro vivo las claves
Para que uno Sea
Las exigencias de su libertad
Destilar, vigilar el fuego y otros químicos
Y contagiarnos la resolución viva que decide felicidad
Y percibir cuándo las células caen
En el abrazo que las sacude nuevas.  

Y escuchar en todo eso la vida
Como sólo puede quién
Cuando se doblega ante sí mismo
Crece en su libertad mayor
Y regala siendo su majestad de corazón
De su recibir abierto
Se nutre el mundo
Y son muchos los rostros
Que asoman desde los suyos
Que en su punto más ígneo
Los son todos, de la genuina manera única
Irrepetible de sus soles cardinales.
Se trata del Amor

Desde el centro vivo

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