Aparición

Desperté 
porque mi boca sola,
moviéndose,
pronunciaba tu nombre. 
Y abrí los ojos 
porque estabas ahí,
mirándome desde el borde
entre éste y ese
otro espacio,

donde también estabas.
Y contuve
mis partículas juntas
ante vos que venías
diciéndome sagrado algo. 


Algo inmenso exhalaste 
desde tus ojos
hasta mí,

que bebí sedienta,
de tu pausa,  
antes de volverte
calor eléctrico 
abriendo mi sangre. 

Guardo tu regalo
en lo que respiro.

Comentarios

explorar