Oscuro dentro


El oficio del tiempo que desliza tinta entre mis dedos, ahuecados de naranjas y espuma, punzando los pliegues del pelo ausente, mío, que ya no pesa sino cuece el espacio negro entre uno y otro hueso. 

Estáse oscuro dentro. 

Lo vivo ausente de la luz, que burla de los ojos y juega de las lenguas que podamos contarnos al oído. 

Azul de óxido y sales, preso entre las muelas de los siglos, avivando el ocre rojizo de mis surcos originarios, que tañen luces de otros tiempos.
Constelaciones. Tejido piel. Tejido óseo.

Oscuro tiempo en el que a fuerza de matanzas, se escúltenos en las cuerpas sangre
el cuerpo que se orada entre los ceros y los unos,
las tuercas y los rieles, las lenguas y el roce,
labio aliento sed cemento y el roce, del hierro contra el hierro.
De piedra contra piedra, contra labio lengua, rodilla cuello, esternón y yemas,
muslos vértebras, despertantes.

Lugares comunes.
Lo eléctrico luz de las células, concatenadas pulso, irregular.
Magnético azar de partículas en expansión, aún juntas sostenidas.
Aparentemente, al menos.

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