taller alquimizando
Párpado morado horadando intenso las pieles de una uva.
que giro, que tuerzo, que invoco alquimia de mi piel caldero.
Moja la oreja gajo con saliva tinta de lo animal que me escribís despierta.
Cuervo azul de sales horribles,
violetas de la luz seca que abanico desde los ojos,
cuando me cuece sangre desde las venas cauces.
Crispado mi origen de crisálida cuando victoria cantaste,
alejándote para siempre, espejo nuestro.
Aquel intimo hueco
títere de aquellos deseos que vimos intermitente aurora
sentadas a la vera de uva negra
en borde de los vasos que nos llenaban
mar, fallecimiento de las olas.
Un solo bufón se mofaba irónico de los siglos,
caracol, de los años, caracol, que todavía, aun, no hemos recordado.
Desciende el espejo cuando saltando la hoz escuchas mi sangre
a la puerta orquídea de tus bocas que sin fuego aparente desgranan el caso
codo a codo de las orillas nuestras abanicando el caldo de tus olores en sincopa
copla muda de tus secretos que te pienso pulso emano desde mi centro pie
una huella descalza
del cuero a negras y graves espaldas
semillas del origen manchado
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