hilo

-rápido, escribí!

no podía dejar de mirarle las manos. una urgencia de muerte rondaba la habitación. ya el olvido mandaba sus buitres. con todo el espíritu en un hilo de voz me miró suplicante.

-escribí!

no podía creer su fuerza. no le importaba nada más que esa proeza para la memoria. empezó a dictarme entre raptos de fiebre. podía elevarse y hasta tocar con las manos algunas de las imágenes que nombraba. y cuando el hilo perdía fuerza, buscaba auscultando la siguiente palabra. pasamos horas sin darnos cuenta. el castellano se fue mezclando con otras lenguas, y cada habitación que abría en su memoria le prestaba una voz diferente. gestos extraños se disparaban habitándole con fiereza. comencé a verle transparentarse. mientras hablaba juro que le vi. o le escuché. era el hilo. le vi detrás de cada rostro que nombraba. le vi volverse el río, el árbol y la casa. le supe en el viento que recorría la misma casa en ese exacto momento. le vi estallar de la más poblada de las soledades.

eran alrededor de las siete cuando se hizo silencio. comenzó a desvestirse. dejó una a una las prendas sobre la silla.

-no te mueras sola. - me dijo. y se fue.

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